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Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso aprendemos siempre " decía, entre tantos aciertos; Paulo Freire.
Ese es el espíritu de este proyecto que vamos a encarar con aquellos generosos para compartir y enseñar lo que saben, y los inmensamente muchos que ignoramos muchas cosas ávidos de aprender maravillándonos y sin temor a equivocarnos, como hacen los niños que son los que realmente saben aprender...
De chiquito me obligaban a cantar muchas marchas y canciones patrias. Yo las repetía sin pensar mucho pero de tanto cantarlas algunas me dieron que pensar. Algo había en las letras (y no solo en las canciones "patrias"). Me acuerdo que había dos que especialmente no me dejaban tranquilo: Aurora y el Himno a Sarmiento. Aurora decía "azul un ala" pero para mi decía "a su lunala" y yo me mataba pensando que cuernos sería una "lunala" pero jamas lo supe. Me lo callé para no quedar mal. En esa época no saber o no entender te hacía quedar mal, te hacía ruido, eras un gil.
El "Himno a Sarmiento" dice mas o menos así:
"Gloria y loor, honra sin par
para el grande entre los grandes
padre del aula,
Sarmiento inmortal"
Yo no podía dejar de pensar que mala onda sería un tipo que le ponía a su hija como nombre nada mas ni nada menos que "Laula". Si, eso cantaba yo: "para el grande entre los grandes padre de Laula"... a esta altura pensará el lector que estaba ante un tarado pero no; estaba ante un niño.
Hace unos años, no muchos me enteré de un chico que cantaba el himno muy fervorosamente diciendo: "Oh juguemos que voy a morir!" y me encantó. Me pareció por lejos una gran letra para nuestro himno.
Para no hacerlo muy largo. Sarmiento fue por muy lejos un tipo que creyó en la educación e hizo todo por ella. Mucho le debemos. Fundó, cimentó y construyó la escuela del siglo XIX. Estamos en el XXI y debemos buscar que se salga de los bancos ordenaditos, las pruebas escritas, el silencio de los alumnos y las clases magistrales e intentar una manera de aprender juntos... según me parece la única manera de que esto suceda es sacándola de Laula... ejem, perdón... del aula.
Muy bueno pablito, estoy de acuerdo en por lo menos dos grandes ideas de lo que escribiste. La primera, que la inocencia del niño al aprender es para maravillarse, viendolo explorar sin todos esos prejuicios ya dados por nacer en un un ambito social que lo trasformara a lo largo de su vida y segundo que ya estamos en tiempo y forma de desterrar la vieja creencia de la materialidad del aula como elemento de enseñanza. Salgamos y de una vez aprendamos como lo hicimos en aquella inocencia, afuera, ensayando, equivocandonos, descubriendo.
ResponderEliminarMartin Pahor
Muchas gracias Martincho! siempre se aceptan ideas ehh
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